sábado, 26 de mayo de 2012

No leer a Borges



Argentina es un país que vive de glorias ajenas y pasadas. Nuestras figuras suelen ser Evita (aunque el jactancioso no sea peronista) Maradona o Messi (aunque el bocón no sepa qué significa off side) y Gardel (no importa que al sujeto el tango le de urticaria)
Sin embargo eso no ocurre con Borges. A Borges no se lo entiende porque Borges es complejo. Y además sus ideas políticas eran tremendas, dicen. No me quejo de la gran mayoría televisiva no lectora porque ella no lee a Borges pero tampoco lee el diario.
En cambio hay algunas personas instruidas, amantes de la literatura, que en una fiesta orgullosamente confiesan no haber leído ni una coma de Borges. Porque no se lo entiende a Borges. Porque las ideas políticas de Borges son terribles. Yo no hablaré aquí de las bondades literarias de don Jorge Luis y que muchísimos trabajos suyos son de lectura simple, o que solamente fue un viejo anarquista quizás algo ingenuo. Si hiciera eso me sentiría como un vendedor de autos usados tratando de sacarse un clavo, y el hombre no se lo merece. Quien quiera no leer a Borges, que no lo lea. Pero para decirlo en términos barriales, jactarse de no leer a Borges es como vanagloriarse de no haber dormido con Mónica Belucci. Y dejo constancia que a mi la italiana ni fu ni fa. Pero de ahí a enorgullecerme de ello o no aceptarle ni una invitación a tomar café, hay un aleph.