viernes, 26 de julio de 2013

Bulnes 1.480






Al pequeño Borges no puede habérsele escapado el detalle. Cuando iba con su padre a la casa de Carriego, o ya de muchacho, al heredar la amistad con el poeta. Debe haber visto la oscura casa donde juega una niña, a la vuelta de la calle Honduras,  que en el frente tiene el año de su construcción, 1.899, y dos iniciales: J. B.

En el cuento “El Sur” Juan Dahlmann, su protagonista,  “vio una cifra del Sur (del sur que era suyo)” en ese cuchillo que un gaucho viejo le arrojó a los pies para que pelease en un duelo, teniendo así la dicha de elegir o soñar su muerte.

Quizás el pequeño Borges se haya sorprendido al ver sus datos esenciales en una casa tan cercana a la del poeta Carriego. Tal vez vislumbró una cifra del barrio de Palermo quien, como El Sur, estaba resolviendo un destino.