domingo, 6 de diciembre de 2009

Capítulo II: La vuelta del jugador


(escrito por un joven Pedro Menárdez)
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Estaba liquidado. Recordó a Ambrose Bierce:“el momento de abandonar es cuando se ha perdido una gran suma, toda esperanza de éxito, la resistencia, y el amor por el juego” Entonces abandonó.
Su compañero de partida estaba peor que él y quiso darle un sablazo que le permitiera evitar el regreso a pie hasta su casa; pero recordando a Alfonso Reyes, él le contestó:
Amigo con quien he compartido,
En las mocedades de México,
La puta y la locura,
Mis dos manos estas flores te dan”
(porque estoy seco sin cura y no me queda ni pan)
- Pero algo te habrá quedado…¿acaso piensas que no te lo devolveré? Por favor, ni en Dios debes de creer…
- No te equivoques, y recuerda a Amado Nervo: “Dios sí existe. Nosotros somos los que no existimos”
- ¡Por Dios! Eres un hombre sin fe. ¿También eres un hombre sin patria?
- En absoluto, contesto él. Este garito es mi patria y aquí me quedo, porque como dijo Pacuvio, la patria está donde uno se halla bien…. ¡Mozo! ¡más vino!
- Por favor, no tenemos un cobre, vayámonos de una vez.
Caminando de regreso, y próximos a llegar a la esquina donde sus senderos se bifurcaban, el amigo, conocedor de las habilidades literarias de su compinche, le dijo que por lo menos le escribiera al mundo el desastre que había sido esa noche para ambos.Pero él, de la mano de Johnson, citado por Boswell, según cuenta Bioy Casares (¡triple bingo!) le dijo
- “Nadie sino un estúpido ha escrito jamás, salvo por dinero” Y no conozco quien quisiera pagarme semejantes líneas…
Llegó a su casa bamboleante, ya de mañana. La vecina amargada estaba barriendo la vereda, y lo recibió como siempre:
- Otra vez borracho y sin un peso. ¿No le da vergüenza, un padre de familia? ¿Qué le va a dejar a sus hijos?
Y él le contestó:
- Estoy con el rey árabe que dijo “Los bienes de un hombre y sus hijos son enemigos” así pues, me lo gasto todo yo. Además no estoy borracho, porque beber enciende el deseo pero impide la acción (Macbeth)
La vecina fue subiendo con su enojo el tono de su voz:
- ¡Ignorante!
- Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas (Einstein)
Ante el griterío de la calle, salió el marido de la vecina, un hombre ya mayor que echó más leña al fuego:
- Jugador, borracho y además, ¡putañero!
Con el mismo tono del maestro ciego del templo dirigiéndose a Wang Chang, le contestó:
- El joven no tolera la agitación del niño; y el viejo no tolera la puta del joven.
- Pero si usted es un cuarentón, delincuente. Déme la escoba, vieja, que se la voy a meter ya va a saber por donde!
- No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti. Puede tener gustos diferentes (Butler)
De nuevo la vecina lo increpó:
- Si yo fuera su mujer, le envenenaría el café!
- Y si yo fuera su marido, me lo bebería! (Churchill dixit)
Por otra parte y si me disculpan, estoy en camino de la cuna a la sepultura y no tengo más tiempo para intercambiar cortesías (otra cita de Bioy)
¡Buenos días!
Pintura: Paul Cézanne, Jugadores de cartas (1.892)

4 comentarios:

  1. Inolvidable "La vuelta del Jugador"!!!!
    (Y entrañablemente compartidas, varias de las citas...)
    De verdad y a modo del griego, no somos los mismos con cada nueva lectura de un trabajo, pero hay cosas que no cambian...la alegría, el gusto por el ingenio, las risas...y nuestra antinomia con Bioy, pretérita, actual y futura!

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  2. Sr. Mujica, para el Editor y también para esta Lectora, Usted y su Bomarzo son inmortales.

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  3. Maravilloso bocado nos ha dejado en el lateral, Marcelo!
    "Sombras", "Luces" y acaso algo más pernicioso, las Tinieblas...


    PD:¿Qué sería del mundo sin los exégetas? Permítame soñar ese paraíso.

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  4. Será con citas entonces que aceptemos el desafío de comentarle a Menárdez

    (Él bien vale el esfuerzo)


    "Compadrón
    prontuariado de vivillo
    entre los amigotes que te siguen,
    sos pa' mí, aunque te duela,
    compadre sin escuela, retazo de bacán.
    Compadrón,
    cuando quedes viejo y solo (¡Colo!)
    y remanyes tu retrato (¡Gato!),
    notarás que nada has hecho...
    Tu berretín deshecho
    verás desmoronar.

    En la timba de la vida
    sos un punto sin arrastre
    sobre el naipe salidor,
    y en la cancha de este mundo
    sos un débil pa'l biabazo,
    el chamuyo y el amor.
    Aunque busques en tu verba
    pintorescos contraflores
    pa' munirte de cachet,
    yo me digo a la sordina
    ¡Dios te ayude, compadrito
    de papel maché! "
    (E. Cadícamo)

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